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Tras las huellas de la Guerra Civil: visita a los refugios antiaéreos de Ontinyent

13, diciembre | Un poco de Historia
Tras las huellas de la Guerra Civil: visita a los refugios antiaéreos de Ontinyent

La Guerra Civil española es uno de los acontecimientos más remarcados de nuestra historia y sigue formando parte viva de la memoria colectiva. En la Vall d’Albaida, como en otras partes de nuestra geografía, todavía hay un gran número de vestigios que hablan de este momento, y todos ellos forman parte de nuestro patrimonio histórico y bélico. Esta vez nos vamos hasta Ontinyent para conocer la historia de la guerra en esta localidad de la Vall. Y si os alojáis en la Finca Santa Elena, os animamos a que visitéis los refugios antiaéreos restaurados del municipio que sin duda os trasladarán a otra época.

En el contexto de la guerra, y como muchas otras, Ontinyent acogió las funciones de ciudad en la retaguardia, mientras el frente principal se situaba en Castellón. La Comunidad Valenciana fue intensamente atacada durante toda la guerra por la aviación italiana, aliada del bando fascista, que tenía su base militar en Mallorca. Por eso, como prevención de posibles ataques aéreos, se construyeron en Ontinyent alrededor de una docena de refugios con el fin de proteger a la población. Y es que la actividad en este municipio era incesante: se estableció un Hospital Militar Internacional, se acogieron refugiados después del primer año de conflicto, y la industria que ya empezaba a florecer en la localidad se puso al servicio del ejército republicano.

Como ya os hemos comentado alguna vez, Ontinyent tiene una tradición industrial bastante arraigada que empezó su andadura a principios del siglo XX. Sin embargo, el textil se convirtió en su producto estrella desde el principio, proporcionando también indumentaria a los ejércitos de la Primera Guerra Mundial. Así, muchas fábricas se dedicaron durante la Guerra Civil a confeccionar la ropa que el ejército necesitaba: mantas, indumentaria militar… También llegó a surgir una industria armamentística considerable. 

Por todo ello, no es de extrañar que algunos de los refugios antiaéreos fueran construidos dentro de las propias fábricas –en empresas como las de Paduana, J.Torró, J.Galiana o Tortosa i Delgado, entre otras-, debido a la incesante actividad fabril. Se creó al mismo tiempo la Junta Local de Defensa Pasiva, que como en muchas otras ciudades se encargaba de la organización de los refugios y la protección de la población frente a los bombardeos. Pero, actualmente, se pueden visitar los refugios del Regall y el de la fábrica Tortosa i Delgado, ya rehabilitados.

El refugio del Regall, por un lado, fue construido a finales de 1938, excavado en la roca, y tenía capacidad para proteger a entre 500 y 577 personas. Tiene una sola planta, y se han habilitado escaleras para el acceso. Ambos refugios son subterráneos y están distribuidos en galerías a las que se llega a través de un acceso descendente. Aunque finalmente Ontinyent no fue bombardeada durante el conflicto, estos refugios son sin duda un testimonio claro de la protección de la población, de la unión y la solidaridad entre vecinos y aliados, y también constituyen un excelente ejercicio de memoria histórica.

Por todo ello, os animamos a visitar estos dos refugios antiaéreos de la villa de Ontinyent y a empaparos de este periodo clave de nuestra historia a través de estos lugares tan auténticos.

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